CONSIDERACIONES EN TORNO A IPARRAGIRRE, EL GERNIKAKO ARBOLA Y EL CARLISMO (I)

25.05.2020 20:08

CONSIDERACIONES EN TORNO A IPARRAGIRRE, EL GERNIKAKO ARBOLA Y EL CARLISMO (I)

 Al Carlismo se le podrá amar u odiar por herencia, se le podrá desconocer por ignorancia, pero sólo se le podrá comprender por el estudio. (Editorial revista Aportes nº 25, junio 1944)

Este artículo, escrito en el entorno de la celebración del año del bicentenario del nacimiento de José María Iparragirre, trata de enmarcar las actividades del bardo, y la influencia de su obra principal, el Gernikako Arbola, en el contexto de las dos guerras carlistas vascas de 1833 y 1872.

Resumiendo brevemente su agitada biografía diremos que, Iparragirre nace en 1820 en Urretxu (entonces conocida como Villarreal), villa situada en la cuenca del Urola. Siendo aún adolescente (1834), se escapa de Madrid (donde vivía con sus padres y estudiaba en el Colegio de San Isidro) para unirse a las filas del pretendiente durante la Primera Guerra; el mismo explicará su decisión en estos términos “A la muerte de Fernando VII (realmente lo hizo 10 meses más tarde) tomé las de Villadiego, y como Dios quiso, llegué a las montañas euskaras, y sin más opinión que el amor a mis paisanos, senté plaza de voluntario” (1)

Exilado en Francia por no aceptar los términos del Convenio de Bergara (1839), se abrirá allí a la ideas de la revolución del 48. “Tras cantar La Marsellesa en las barricadas y ser expulsado de París por Napoleón III por sus ideas revolucionarias” (2), deambula por Suiza, Alemania y el Reino Unido, antes de regresar a Euskal Herria y, más tarde, a Madrid, donde el año 1853 da a conocer su himno Gernikako Arbola, cantándolo con la guitarra en un café. Vuelto al país en loor de multitudes y expulsado de él en 1855, emigra a América, donde se casa. Regresa a Euskal Herria en 1878, tras el fin de la Segunda Guerra Carlista, muriendo en la pobreza en su pueblo natal en 1881.

A la vista de esta biografía bien podemos afirmar con Letamendia (2) que “Iparragirre fusiona los sentimientos generados por la reacción vasca ante la construcción del Estado centralizado español con el romanticismo europeo de izquierdas”.

Dos son los factores clave que nos permiten entender, en mi opinión, la adhesión popular vasco-navarra al movimiento que se aglutinará en torno al pretendiente D. Carlos María, adhesión de la que participa Iparragirre.

Fueros (En lenguaje actual Libertad-Federalismo) (3) El modelo de estado surgido de la constitución Española de Cádiz, inspirado en la francesa de 1791, es el del estado centralizado francés en su versión napoleónica, en el que la unidad administrativa son las provincias, regidas por el Jefe Superior, y enmarcadas por las Diputaciones provinciales. Una idea de la importancia que este factor tendrá, incluso desde las movilizaciones más tempranas nos la da el hecho de que el alavés Verastegui, el 7 de octubre de 1833, solamente cuatro días después del primer ¡¡ Viva Carlos V ¡¡ arengaba a la población y justificaba el levantamiento por “la abolición de nuestros fueros y privilegios y la continuidad de nuestras libertades patrias”. Otro jefe carlista, el guipuzcoano José Francisco de Alzaá, en manifiesto del 8 de octubre del mismo año, señalaba como objetivo principal de la rebelión “la defensa de nuestro fueros”.

Defensa del Comunal (En lenguaje actual Socialismo-Autogestión) Otro factor indiscutible, a la hora de explicar el apoyo popular al levantamiento carlista será el proceso desamortizador, considerado objetivo primordial por los liberales que acabarán agrupándose en defensa Isabel II. Al no existir en la zona norte grandes monasterios propietarios de tierras, la reforma agraria propuesta sólo se pudo centrar en la desamortización de los bienes comunales, prados, bosques, tierras de cultivo, etc. necesarios para el equilibrio económico de los campesinos; lo que unido al traslado de las aduanas, provocará un empobrecimiento de las clases populares frente a un rápido enriquecimiento de la burguesía comercial y latifundista.

Si a estos factores unimos la lealtad a una dinastía cuyos derechos se consideraban conculcados, y que siempre amparó estas reivindicaciones populares, entenderemos la rápida y persistente adhesión del campesinado, las clases media y baja urbanas y el bajo clero (4) a la que se ha denominado “corte vagabunda”, y su concreción ideológica en el cuatrilema, Dios, Patria, Fueros y Rey 

En cuanto al Gernikako Arbola, es interesantísimo el comprobar la importancia que el himno estrenado en Madrid va a tener como vehículo aglutinador de sentimientos y de unidad entre los territorios forales, Siguiendo a Pablo Antoñana (5).

Los rescoldos de la segunda Guerra Carlista humean; el país asolado después de la gran derrota; la “unidad constitucional”, rodillo uniformador, enciende el resquemor. La ley Gamazo es respondida con vehemencia. El Gernikako aglutina el sentimiento fuerista de las cuatro provincias y se convierte por un poco de tiempo en el himno nacional de Euskal Herria. La protesta multitudinaria que se produjo en Navarra, reivindicatoria de sus instituciones amenazadas, se concentró alrededor del himno. Entre otros ejemplos, en la inauguración de un puente sobre el río Arga en Milagro (23 de junio de 1894). Es coreado por gentes de Tierra Media y la Ribera. En Estella, el 3 de marzo, por los de Sesma y otros pueblos limítrofes se canta con letra que el boticario le pone en Castellano: El árbol de Guernika / por siempre vivirá / Si se secan sus ramas, / del tronco brotará.

En Fitero se da una fiesta en honor del torero Reverte, y la banda de guitarras de Cintruénigo interpreta el Guernikako. Por temor a desórdenes carlistas, el gobernador civil encarga al alcalde que las bandas militares contratadas por el Ayuntamiento para las fiestas de San Fermín interpreten el himno. La banda militar lo toca en la plaza de toros provocando el entusiasmo del público. El día 7, celebración de San Fermín, los bilbaínos que se habían trasladado a Pamplona para la fiesta colgaron desde su tendido dos pancartas que decían: “Bilbao saluda a Pamplona. Viva Navarra”, lo que dio lugar a que toda la plaza corease el Gernikako Arbola.

 Los pamploneses llevaron al día siguiente otra pancarta que decía “Pamplona saluda a Bilbao. Vivan los Fueros”

Y para concluir estas consideraciones sobre la vida y obra de nuestro bardo, recuperamos un dato curioso que recoge Jaime Ignacio del Burgo (6), y que desmentiría una pretendida pérdida de sus ideales juveniles en los años de su declive “En julio de 1879 se presenta a un certamen en Elizondo, con una composición titulada Dios, Patria y Fueros, que no he visto publicado en ninguna parte, pero el jurado decide echar a suertes el único premio con otra composición de Arrese y nuestro bardo pierde. Este revés le desespera pues se encuentra una vez más, al borde de la miseria

(1) Iparragirre: Izena eta Izana / Retrato sin retoques. José Francisco Olaso, Juan Aguirre. Erro-Urratsak Raíz y Viento (1999)

(2) EL Bardo Iparragirre y su época. Francisco Letamendia. Erro-Urratsak Raíz y Viento (1999)

(3) Que queremos decir cuando decimos fueros. Carlos Mª Hernández “Haretxaga”. Esfuerzo Común Nº 5.  (julio-agosto-setiembre 2019)

(4) El Carlismo alavés y la guerra civil de 1870-1876. Julio Arostegui. (1970)

(5) Iparragirre y los míos. Pablo Antoñana.  Erro-Urratsak Raíz y Viento (1999)

(6) Iparragirre el Bardo de los Fueros. Jaime Ignacio del Burgo. Erro-Urratsak Raíz y Viento (1999)

Carlos María Hernández “Haretxaga”

 

POSDATA

Justo cuando acababa de escribir estas notas para la revista Esfuerzo Común, hoy 26 de marzo de 2020, me llega la triste noticia del fallecimiento en París, víctima del covid-19, de Dª María Teresa de Borbón-Parma.

Había leído mucho sobre ella, y escrito por ella, pero no tuve la suerte de conocerla personalmente hasta hace ahora exactamente un año, el 25 de marzo de 2019.

En aquella ocasión Dª María Teresa se unió a la celebración de la Comunidad Vasca en Madrid, que bendecía la plantación de un retoño del Árbol de Gernika en un parque de la capital.

El acto, promovido por la “Delegación en Corte” de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, concluyó con la interpretación del “Gernikako Arbola” por la cantante Noa Lur, acompañada al contrabajo por Ander García tocado de boina roja, y entonado con emoción por todos los asistentes. 

Dª María Teresa cautivó a todos los asistentes por su sencillez, su simpatía, su conversación fluida y culta, su conocimiento y amor por las cosas del País. Dejando en todos, independientemente de filiaciones y simpatías políticas, un recuerdo imborrable.

En la foto Dª Mª Teresa transmitiendo su fuerza y optimismo al recién plantado retoño

 

DESCANSE EN PAZ, SEÑORA – GOIAN BEGO ANDREA