CARTA DEL GRUPO DE CRISTIANOS SOCIALISTA A LOS CANDIDATOS

05.07.2014 22:41

CARTA A LOS CANDIDATOS

Como mujeres y hombres militantes y simpatizantes del PSOE, socialistas cristianos y de otras confesiones religiosas arraigadas en España, ante el grave momento que atraviesa nuestro Partido, aunque también esperanzador por el proceso de elección democrática del secretario general y de la nueva dirección, deseamos manifestar lo siguiente:

1. El PSOE sufre un gravísimo problema de credibilidad, de auctoritas. El cambio que la ciudadanía espera no es sólo de rostros, ni de unas cuantas propuestas. Es una cuestión de crédito moral. Los ciudadanos estiman que en determinadas ocasiones hemos actuado contra nuestros principios. Es también una cuestión de vínculo. Nos sienten lejanos. Por ello solicitamos que el próximo Congreso del PSOE comience con un compromiso de cambio claro y terminante para atajar de inmediato las causas de esta pérdida de confianza.

2. Consideramos que la condición de servicio, la capacitación y la ejemplaridad deben presidir la asunción de las principales responsabilidades orgánicas y públicas, sometiéndose antes de su elección o designación, durante su ejercicio, y tras su cese, a órganos de vigilancia y ética pública del partido. Sus requerimientos y recomendaciones, con las debidas garantías, serán de obligado cumplimiento. La ejemplaridad exige apartar de responsabilidades a todas aquellas personas imputadas en procesos de corrupción pública.

3. Hemos de recordarnos que nuestro objetivo no es la victoria por la mera victoria, sino el combate a la desigualdad. La vida de los menos iguales es lo que de verdad nos debe doler. Hemos de ser un instrumento para el empoderamiento de los millones de ciudadanos menos iguales y no para encaramarnos con nuestros amigos y familiares al poder. El partido no es patrimonio de una oligarquía dirigente.

4. Resulta imperativo identificar nuestro posicionamiento y nuestra movilización políticas con propuestas concretas que respondan a las necesidades prioritarias de nuestros conciudadanos. Más que palabras o discursos lo que hacen falta son propuestas decididas, concretas y eficaces para responder a los problemas reales de la gente: la pobreza infantil, la precarización y el empobrecimiento laboral, la falta de ingreso mínimo de inserción familiar, 2

los desahucios, el éxodo y la exclusión de los jóvenes, la desigualdad añadida por género, la creciente discriminación educativa, el ahogo y la precariedad de empresas y autónomos, la crisis ecológica.

5. Es hora de reivindicar un estado de dignidad justo y suficiente que acabe ya con los lacerantes niveles de pobreza y precariedad existentes. Pan, techo y trabajo, salud y educación son obligaciones constitucionales. No nos puede temblar el pulso en la urgencia del derecho subjetivo a una renta mínima de inserción social o “salario de dignidad” equivalente al salario mínimo interprofesional, con las debidas garantías y, en su caso, contraprestaciones. Para ello es crucial una fiscalidad realmente distributiva, que asegure los ingresos necesarios, sobre la base de una cultura ciudadana y empresarial corresponsable y exigente frente a la elusión, el fraude y la evasión fiscal.

6. Urge salir de una posición temerosa respecto al capitalismo financiero neoliberal. Los ciudadanos necesitan una política de contrafuerte frente a este tsunami que todo lo invade y todo lo somete. Es “una economía que mata”, una economía de la exclusión y la inequidad. ¡Fuera lenguajes de madera! No vamos a abrogar la economía de mercado, pues sin mercado no hay economía, pero es preciso movilizar la acción de las instituciones europeas e internacionales para una regulación efectiva de los mercados de capitales. La socialdemocracia europea o sirve para poner riendas al indómito del capitalismo financiero o entonces no sirve para nada.

7. El partido no lo hace todo, tampoco el Estado. El protagonismo corresponde al conjunto de la sociedad. Debemos promover la participación social colectiva y la concertación de esfuerzos en la organización de un nuevo sistema productivo creador de riqueza. Se trata de incentivar la aportación de las instituciones y los profesionales más cualificados y honestos por un sistema productivo bien cimentado en las potenciales de nuestro país. El Estado y el conjunto de los poderes públicos deben escuchar más y concertar mejor, construyendo estrategias de país basadas en una mejor colaboración público-privado, menos clientelar y más competitiva, y en una coordinación inter-institucional eficiente.

8. Creemos también en la necesidad de un nuevo pacto constitucional. Esta Constitución ha dado a España los treinta mejores años de su historia en progreso y convivencia, libertad y solidaridad. Pero requiere actualización. Queremos un PSOE vertebrador tanto de la confianza institucional como impulsor de las reformas necesarias. En esta hora el PSOE debe impulsar con responsabilidad institucional una arquitectura de un estado federal y plurinacional.

 

9. Millones de personas con convicciones religiosas esperamos un PSOE más socialista. También un socialismo abierto a la inspiración espiritual de quienes se enfrentan cada día a los demoledores impactos de esta cruel crisis. Creemos que entre la “maldita costumbre de la Biblia de estar al lado de los pobres” (Weber) y la estrella polar de la izquierda, la igualdad (Bobbio), no sólo no hay incompatibilidad, sino una gran afinidad. Todo ello desde una laicidad del Estado más exigente, que es la mejor garantía de la libertad de conciencia, el pluralismo religioso, la igualdad efectiva y la convivencia.

10. Más convicción, menos cálculo. En esta hora crítica de España, de Europa y del mundo, debemos recuperar la utopía política que constituye nuestra identidad: la conjunción más perfecta de la libertad, que se manifiesta en el progreso de derechos y de responsabilidades, y la justicia, que precisa de la solidaridad de todos. Hemos de salir de los despachos a las plazas. Las experiencias, movimientos sociales y personas transformadoras deben sentirnos a su lado. Pero no para quedarnos ahí, sino para ofrecer sillas y mesas en candidaturas e instituciones públicas, para una nueva política, que anclada en una gran tradición de izquierda institucional y de mayorías sociales como es la socialista, esté más cargada de indignación, de utopía transformadora y lenguaje directo. Como izquierda sensata, pero dando ilusión y esperanza real a la gente.

Abramos activamente el PSOE a la ciudadanía, con primarias, candidatos sociales, redes, listas abiertas, referéndums y transparencia. Y desde actitudes humildes estamos seguros que lo conseguiremos si recuperamos la honradez y las convicciones centenarias de Pablo Iglesias, no si vamos con ansiedad por recuperar el poder.

GRUPO FEDERAL DE CRISTIANOS SOCIALISTAS

PSOE

Julio 2014